16.12.20

IX

El ruido del río
las olas
pequeñas
rompen
contra las piedras.
Traen botellas de plástico o bolsas
y se llevan lo que queda en la orilla.

(En este río mi padre
pidió que dejemos sus cenizas.
Fue un día de calor y sin nubes
decir como hoy sería inexacto.
Mi madre abrió la caja
metí la mano
en la bolsa de adentro de la caja
saqué el primero puñado y el único
que pude tocar
metí la mano en el agua, después
agachada sobre una piedra
incluso viendo las bolsas de plástico y las botellas
el agua parecía limpia y quise
que limpiara mi mano de las sobras de su cuerpo
y lo llevara.
Cuando vengo acá, espero que el movimiento del agua
el golpe de las olas contra las piedras
todo el tiempo, me diga
ya no está
acá
ya no más.
Y no.)

El agua es ruido y silencio.
Cantan los pájaros como en el cementerio y el agua
no habla.

Mañana o más tarde, pero pronto
las cenizas de mi abuelo vuelven a su tierra.
mi padre en el agua, mi abuelo
en su tierra
a los dos el fuego para que no quede
más que ceniza
que no quede más
que el agua y la tierra después del fuego.
que quede el aire con ruido y silencio
sobre nosotros.

Anoche cenamos con mi abuela
y quise que me hablara de mi abuelo.
O ella quiso.
Mañana o más tarde pero pronto
en el momento en que dejemos esa caja
el tesoro va a quedar en su memoria
hasta que el fuego la toque.

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